viernes, 24 de septiembre de 2010

Resumen de los capítulos II, III y IV de “La rama dorada: magia y religión” de James G. Frazer.


Sir James George Frazer nacido en el año de 1854 en Glasgow, Escocia; publica por primera vez su obra titulada “La rama dorada: un estudio sobre magia y religión” en el año de 1890. Su trabajo es un esfuerzo comparativo que pretende comprender la evolución del pensamiento humano. Siguiendo la tradición de Edward Tylor (1832-1917) Frazer bosqueja una línea evolutiva del razonamiento humano que tiene sus inicios en un estadio de salvajismo cuyo transito unilineal se dirige hacia la civilización.
En el segundo capítulo Frazer analiza la figura sacerdotal como una constante universal de suma importancia. A partir de una serie de ejemplos, que argumentan su existencia a nivel mundial, intenta dilucidar la ley general que motiva la evolución del pensamiento, su origen y futura representación. Los sacerdotes son sujetos cuya función es mediar entre los seres humanos y las divinidades; son figuras transicionales pues se encuentra en ellos elementos sumamente antiguos que devienen desde los hechiceros y magos, no obstante, poseen una lógica compleja que supera al primitivo. En la figura sacerdotal se pueden rastrear características monárquicas.
El tercer capítulo trata sobre la magia simpatética. La magia en general es definida como un sistema de supersticiones basado en los principios de causa y efecto, semejanza y contagio; la mera realización secuencial de acciones tiene como resultado un beneficio. La ley de semejanza, implica que dos cosas similares son lo mismo, la esencia de dos objetos parecidos, cuyas características sean compartidas por apariencia y condición material o metafórica, representaran siempre lo mismo. Un ejemplo de ello es creer que una enfermedad “x”, cuyos síntomas tornan la piel de un color específico, será curada por medio del contacto visual o físico del enfermo con una planta o animal del mismo color. La ley de contagio o contaminación indica que dos cosas que han estado en contacto o contigüidad lo seguirán estando aun cuando hayan sido separadas. Esto se cumple específicamente con aquellas partes del cuerpo, pertenencias personales, entre otras cosas, que entrando en contacto con otro objeto contaminan o son contaminadas; el resultado es que las cosas en relación comparten un destino común. Ejemplo: alguien que se hiere con algún material corto punzante debe mantener limpio, pues su herida al ser contaminada por tal corre el riesgo de empeorar. Estas leyes son las que regulan las operaciones de la naturaleza y la vida primitiva misma.
La magia no es solamente práctica, también tiene una parte teórica que consta de leyes y normas que determinan la secuencia de acontecimientos a nivel mundial (Frazer, 1944: 34). Sin embargo, dentro del pensamiento salvaje esta parte es omitida, pues tal nivel de abstracción aun no es alcanzada en estas primeras fases de la razón. Las sociedades salvajes han empleado la magia práctica desde los complejos artificios para curar un mal, hasta para provocar éxito en la cacería o una buena cosecha.
La magia simpatética está constituida por los dos principios de semejanza y contigüidad, que a su vez dan forma a la magia homeopática y contaminante. Esta construcción de supersticiones puede dividirse en hechizos y tabúes, los primeros abarcan el arte de curar, aumentar, proveer, mejorar y más; los segundos constituyen las prohibiciones que se construyen alrededor de las cosas y acciones, actitudes y comportamientos que deben evitarse para alcanzar lo deseado. Frazer considera ambas indistintamente como magia, no obstante específica que los hechizos o encantamientos representan un tipo de magia positiva y los tabúes a un tipo de magia negativa.
En los diferentes tabúes o hechizos se pueden encontrar, tanto la magia homeopática como la magia contaminante; existen prácticas complejas que reúnen ambos principios. Como ejemplo puede citarse la práctica del campesino alemán, que cuando una oveja o cerdo de su propiedad se rompe una pata corre a vendar la pata de una silla que se encuentra al interior de su casa, dentro de un tiempo específico los habitantes del hogar deben evitar mover, golpear o sentarse en dicha silla, pues esto produciría dolor al animal lesionado y atrasaría el proceso de curación (Frazer, 1944: p. 69).
Frazer concluye el capitulo hablando un poco sobre el progreso del mago, una explicación que se acercaría a sus conclusiones finales sobre la evolución del pensamiento primitivo. El autor presupone que el raciocinio humano tiene un esquema universal que se va transformando de lo simple a lo complejo, por ello asegura que detrás de cualquier hechicero alrededor del mundo habrá siempre algún hombre astuto que practicará los artificios de la magia de forma tal que le sea de su beneficio. Analizándolo desde esta perspectiva, ese hombre –más listo que los demás- hará una asociación de ideas que lo llevaran a discernir entre lo falso y verdadero de las leyes que rigen la magia, como resultado practicará la magia para ganar prestigio dentro de su comunidad. En pocas palabras el autor da un salto mortal al tratar de relacionar, en términos evolutivos, al mago y el líder que, en un futuro, podría constituir un rey.
En el capítulo cuarto titulado “Magia y religión”, el autor presenta claramente su tesis sobre la evolución del pensamiento humano. Plantea que tanto la magia como la ciencia parten de las mismas premisas: una asociación de ideas que constituyen leyes inmutables. Su acercamiento a priorista le hace sostener que existen dos leyes fundamentales del pensamiento: 1) la asociación de ideas por semejanza y 2) la asociación de ideas por contigüidad, ambas contempladas dentro del espacio y el tiempo. La magia y la ciencia son el resultado de esta asociación de ideas; no obstante, esta condición no les otorga condiciones iguales, pues, para el autor la magia representaría una asociación errónea de las ideas, otorgándole el grado de pseudo arte y hermana bastarda de la ciencia –asociación correcta de las ideas-.
La religión, por su parte, es definida por el autor de la siguiente manera: “propiciación o conciliación de los poderes superiores al hombre, que se cree dirigen y gobiernan el curso de la naturaleza y de la vida humana” (Frazer, 1944: p. 76). La religión, al igual que la magia, consta de un elemento teórico y práctico; que respectivamente se traduce a la creencia en una fuerza superior y una conducta para propiciar u orientar la voluntad de dicho ente en beneficio propio.
La religión presupone la existencia de fuerzas externas que gobiernan la naturaleza y la vida misma, estas fuerzas poseen cualidades humanas, pues tienen una consciencia y son capaces de cambiar el rumbo de sus acciones –que es incierto en sí- según la conducta de los seres humanos que debe estar basado en un código moral estricto. En la religión el ritual no es algo indispensable, más si lo es la moral que reproduce, ya que a través de la práctica de ésta es que se ganan los favores supremos.
La magia y la religión pueden encontrarse combinadas en ciertos momentos de la historia; sin embargo, se generó un conflicto irreconciliable entre los principios rectores de ambas. La esencia compleja de la religión, la asociación de ideas sumamente abstracta, en contraste con la esencia simple de la magia. Es en la asociación de ideas que puede rastrearse la evolución del pensamiento humano, que en su transcurso deviene del pensamiento simple al abstracto.


En conclusión, podemos asumir que para Frazer, al igual que los evolucionistas de siglo XIX, la evolución es lineal y gradual, que parte del salvajismo y transita hacia la civilización; en este caso el autor hace su énfasis en la evolución del pensamiento humano; siguiendo la tradición kantiana, supone que existen ideas innatas cuya asociación llevan a la construcción universal de leyes de la naturaleza que varían según el desarrollo de las sociedades. El esquema evolutivo podría explicarse de la siguiente manera:


MAGIA ---- RELIGIÓN ---- CIENCIA
Salvajismo                              Civilización

La asociación de ideas varía -de incorrecta a correcta- de acuerdo al progreso evolutivo de la sociedad. 


Bibliografía:
Frazer, James G.  "La rama dorada: magia y religión". Fondo de cultura económica México, Madrid, Buenos Aires. 1944.

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